POR: TB
Llegó el momento tan esperado por los consentidos de la casa, las vacaciones de verano, temporada en que niños y adolescentes se olvidan de las tareas escolares y cambian lápices y libros por salidas recreativas, actividades deportivas o chapuzones de piscina.
En estas semanas de receso, el esparcimiento debe ser el propósito supremo por lo que es costumbre que las familias incluyan actividades distintas a la rutina de la escuela o el trabajo. En este sentido, chicos o grandes con dermatitis atópica (DA), también merecen disfrutar por igual sus tan anhelados momentos de ocio, pero es una realidad que no pueden ignorar o minimizar los síntomas propios de la enfermedad como comezón intensa, resequedad, erupciones o grietas en la piel.
Más aún, quienes padecen DA moderada a grave, deben tomar mayores precauciones para prevenir brotes que podrían requerir atención médica de emergencia. Y precisamente, porque se trata de gozar al máximo, te compartimos una pequeña guía de verano que te ayudará a anticipar cualquier circunstancia y lograr tener la DA bajo control.
Explora la ciudad
Sin importar cuál sea tu lugar de residencia, el verano se presta perfecto para un largo paseo por tu ciudad, recorriendo sus principales atractivos; sin embargo, en la mayor parte del territorio nacional, julio y agosto son meses de calor extremo, con altas temperaturas que oscilan entre 30 y 40 grados centígrados. A estas olas de calor, hay que agregar que en las zonas urbanas el pavimento absorbe la radiación solar, calentando el ambiente circundante e intensificando la sensación de calor.
Ante estas circunstancias, la Dra. Ana del Carmen García, médico internista con subespecialidad en alergología e inmunología clínica de Sanofi Alta Especial indica: “es fundamental protegerse del sol usando ropa de manga larga, sombrero, lentes de sol, un protector solar para pieles atópicas con factor elevado de protección (50+), que contenga activos hidratantes y esté especialmente formulado para minimizar el riesgo de alergias”. De igual forma, la Dra. García agrega que también es recomendable aplicar el protector cada tres horas, beber agua regularmente y no olvidar el uso de cremas emolientes o tratamientos tópicos indicados por su médico.
Seguramente habrá por ahí alguna exposición de interés. En tu visita a museos o recintos culturales, evita hacer cambios bruscos de temperatura, del calor intenso de la calle a climas fríos por uso de aire acondicionado. Mejor intenta un paso gradual que evite reacciones alérgicas indeseables. Asimismo, recuerda que estancias prolongadas en ambientes acondicionados, tienden a resecar aún más la piel.
Realiza actividad física moderada
El sudor irrita la piel y desencadena brotes por lo que podría suponerse que la actividad física está contraindicada en personas con DA moderada a grave. No obstante, un artículo publicado por la Asociación Española de Pediatría afirma que la actividad física y el ejercicio también sirven para el tratamiento de enfermedades crónicas prevalentes de la infancia y mejoran la calidad de vida.
En la misma línea, la Organización Mundial de la Salud (OMS) sostiene que cualquier tipo de actividad cotidiana es mejor opción que permanecer sedentario. Por ello, en concordancia con las recomendaciones de la OMS, las personas con DA podrían elegir una actividad moderada como caminar a paso ligero, bailar, pasear al perro o usar la bicicleta en superficies planas. En todos los casos, la mejor alternativa es realizar estas actividades al caer la tarde y, en caso de sudoración ligera, tomar una ducha corta e hidratar la piel con una crema para pieles atópicas.
Disfruta del agua
Jugar en la piscina o en la playa son parte de las actividades obligadas en la temporada de verano y tener DA no debe ser impedimento para disfrutar del agua en familia.
Con frecuencia, el tiempo en la alberca o a la orilla del mar coincide con una larga exposición al sol. Por este motivo, se sugiere usar siempre protector solar y omitir las actividades acuáticas entre las 10:00 y las 16:00 horas por ser el período más intenso de radiación solar. Y nuevamente, al concluir la diversión, tomar un baño para retirar el cloro de la piscina o la sal del mar y cerrar aplicando crema hidratante.
El verano no es tu enemigo, pero controlar las exacerbaciones de la DA exige una dosis extra de atención médica y cuidado personal. “Existen tratamientos biotecnológicos que nos permiten controlar la dermatitis atópica desde la raíz, mejorando significativamente la apariencia de la piel y la calidad de vida. Adicionalmente, los efectos del cambio climático nos obligan a modificar algunos hábitos, por lo que la foto protección es indispensable en cualquier entorno y en personas con dermatitis atópica, las pautas de exposición solar también deben ser indicadas por el médico, especialmente cuando existen lesiones visibles en la piel”, concluye la Dra. García.
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