Por: Liliana Hernández
El público aguardaba con ansias a las afueras del Centro Cultural Teatro 1, dispuestos a disfrutar de un musical que llego para marcar historia, Jesucristo Súper Estrella, un espectáculo que cuenta con la participación de gran talento como Enrique Guzmán, Kalimba, Yahir, Erik Rubín, María José, Leonardo de Lozanne y Beto Cuevas, bajo el sello característico de Gou Producciones.
En punto de las 21:00 horas, se dió la tercera llamada, enseguida las luces del recinto se encendieron y la música comenzó a sonar, el público no dudo en gritar, aplaudir y alabar a los primeros en aparecer en el escenario.
Un escenario que nos remontaba a una época llena de pobreza, hambre, tristeza, pero también, a una época de esperanza, de luz y mucho amor. No se necesita ser de una religión para entender la obra.
El juego de luces en tonos oscuros y azules, recreaban esa magia de estar viviendo en carne propia lo que los personajes expresaban a través de sus melodías, una propuesta cien por ciento musical, en la que, la estrofa de cada canción engranaba perfecto con la historia por contar.
Esta propuesta vio la luz en en 1970, una opera rock que retoma la última semana en la vida de Jesús, incorporando en las letras expresiones coloquiales que la mantienen como una visión fresca y moderna sobre un acontecimiento histórico. Quizá uno de los grandes aciertos de sus creadores, es que la anécdota se relata desde la visión de Judas Iscariote, el apóstol que terminó por traicionar a un controvertido líder que promovió un mensaje sobre el amor y el perdón entre la humanidad.
Por lo que al saber esto, la obra toma un giro completamente único, mismo que se ve reflejado desde que vemos a Judas (Rubín), estremecer a cada uno de los presentes con el color potente de su voz, llegando a tonos bastante altos, con los que le puso la piel chinita a más de uno.
En todo momento, los intérpretes tuvieron su momento, y sin duda, uno de los más esperados y ovacionados, fue Kalimba (Simón), quien además de su manera tan peculiar de bailar, es una de las participaciones más rítmicas que tiene la propuesta. Así mismo, el caso de Guzmán (Herodes).
Un sin fin de emociones es lo que trae consigo este musical, en que además, interactúan más de 40 bailarines, quienes con voces de fondo, y esos cambios de vestuario, se convierten en algo más que personajes, dan propia voz a cada uno de los musicales.
Una historia que se acompaño en todo momento de visuales, los cuales, hacían ver una realidad a través del sonido de cada interpretación, destacando más la de los personajes principales, Beto Cuevas (Jesús) y María José (María Magdalena), que son el centro de atención de la historia, personajes en los que se centra todo y que claro, sobresale aquella historia de amor, y todo lo que envuelve a tan tremendas leyendas.
Una producción indiscutiblemente buena, y que no hace menos la participación de Lozanne (Poncio Pilatos) y Yahir (Pedro). Un escenario que reúne a grandes voces y que sin duda, estremece cada uno de los sentidos.
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