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Venom: El último baile, la tienes que ver


POR: ANGY AYALA


Dirigida por Kelly Marcel, la película se mantiene fiel a la fórmula de la franquicia: un humor desenfadado que explora la extraña relación entre Eddie y Venom. Marcel equilibra los momentos de comedia con escenas de acción alocadas, aunque la falta de un antagonista fuerte deja la historia algo desorganizada.


La dinámica entre los personajes principales sigue siendo el motor de la película, ofreciendo secuencias emotivas y cómicas que hacen de esta entrega un cierre divertido para los fans más leales.

 

El guión explora el conflicto entre Eddie y un grupo de científicos que buscan erradicar a los simbiontes, además de introducir a Knull, el creador de estos seres, aunque su rol es mínimo y no aporta significativamente al desarrollo de la historia.


Esta falta de profundidad afecta la narrativa, generando momentos cómicos y serios que no siempre encajan en el tono general de la película. Marcel demuestra habilidad en la dirección de escenas de acción, aunque la historia pierde cohesión debido a cambios abruptos y giros forzados​

 

Tom Hardy ofrece momentos de comedia y drama con su interpretación caótica de Eddie, mientras que el elenco de apoyo, que incluye a Chiwetel Ejiofor y Juno Temple, lidia con personajes mal desarrollados que limitan su potencial.


Ejiofor aporta intensidad, pero su personaje carece de una función significativa, y Temple es quien mejor logra equilibrar la fantasía y realismo en sus escenas, aportando algo de solidez​.


La cinematografía es coherente y efectiva, creando atmósferas oscuras y claustrofóbicas que encajan con el mundo de los simbiontes. Sin embargo, los efectos visuales resultan desiguales, con un diseño de personajes que a veces cae en lo caricaturesco, restando seriedad a la amenaza de Knull.


Las escenas de acción destacan, aunque no logran mantener el interés debido a la falta de un desarrollo narrativo continuo​.

 

Venom: El último baile, trata de cerrar el ciclo de Eddie y Venom pero se ve afectada por problemas de guión y un tono inconsistente que empañan las actuaciones y la calidad visual. Si bien hay momentos de entretenimiento, el resultado final queda por debajo de lo esperado, dejando a los espectadores con dudas sobre el futuro de esta franquicia en el universo de Spider-Man.


A pesar de que la historia se mantiene ligera y con pocos giros sorprendentes, la película logra captar la esencia de lo que ha hecho a la franquicia única: una mezcla de caos y ternura en la relación simbiótica de Eddie y Venom, lo que deja una buena despedida para esta inusual pareja.


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